Daniel estaba sentado en un banco del parque cuando de repente, una pelota de baloncesto se acercó rodando hacia él. Miró hacia arriba y vio a Destiny corriendo hacia él, disculpándose por su error. Daniel le devolvió la pelota con una sonrisa y comenzaron a charlar. Resultó que vivían en la misma zona y ambos eran fanáticos del baloncesto. Intercambiaron números de teléfono y empezaron a salir juntos para jugar cada fin de semana. Con el tiempo, su amor por el baloncesto se convirtió en amor el uno por el otro y comenzaron una relación feliz que duró muchos años.