G-h-mulcaster y Diana-Napier se conocieron en una cafetería histórica ubicada en el corazón de Madrid. Mientras estaban parados en la fila para pedir, ambos llegaron a la misma conclusión al mismo tiempo de que necesitaban un café con leche. Después de haber hecho su pedido, ambos se dirigieron hacia la misma mesa vacía para tomar asiento y, sin saberlo, eligieron asientos en los lados opuestos de la misma mesa. Durante los siguientes 10 minutos, ambos se concentraron en sus teléfonos hasta que el camarero trajo sus pedidos. En ese momento, Diana-Napier intentó limpiar su mesa y sin darse cuenta, derramó el contenido de su café sobre su vestido. Afortunadamente, G-h-mulcaster se percató de lo sucedido y rápidamente le ofreció su servilleta y la ayudó a limpiar el desastre. A partir de ese momento, comenzaron a charlar y a conocerse mejor. El resto es historia.
