Diego Rivera y Dolores del Río fueron una pareja de artistas mexicanos muy conocidos en la década de 1930. Rivera era un famoso muralista y pintor de la Revolución mexicana, mientras que Del Río era una actriz de cine que se había convertido en una de las estrellas más grandes de Hollywood. Rivera y Del Río se conocieron en México en 1922, cuando ella era una joven de 17 años y él tenía 35. En ese momento, Diego estaba casado con su primera esposa, Guadalupe Marín, y tenía dos hijos pequeños. Sin embargo, la relación entre Rivera y Marín era muy turbulenta, y se separaron varias veces antes de divorciarse definitivamente en 1928. Durante ese tiempo, Rivera y Del Río comenzaron a tener una relación amorosa. En 1928, la actriz se mudó a Hollywood y comenzó a hacer películas en Estados Unidos. Rivera también viajó a Los Ángeles para visitarla. A pesar de que la relación se enfrió en algunos momentos, especialmente cuando Rivera se enamoró de Frida Kahlo, la pareja estuvo junta durante varios años. Rivera incluso pintó algunos retratos de Del Río, incluyendo uno que la muestra como la diosa azteca Coatlicue, y ella posó para uno de sus murales más famosos, "Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central", donde aparece como una niña pequeña al lado de Rivera. En 1940, Del Río se casó con Cedric Gibbons, un diseñador de arte de Hollywood, y la relación con Rivera llegó a su fin definitivamente. Sin embargo, los dos artistas siempre mantuvieron un gran respeto y admiración mutua, y se escribieron cartas hasta el final de sus vidas. En resumen, Diego Rivera y Dolores del Río fueron una pareja de artistas mexicanos muy conocidos en la década de 1930, que mantuvieron una relación amorosa durante varios años. Aunque la relación terminó en 1940, los dos artistas siempre se mantuvieron en contacto y se mantuvieron en alta estima mutua.
