Alexandra estaba pinchando en una famosa discoteca de la ciudad. Diogo entró por casualidad, buscando un lugar divertido para pasar la noche. Sus ojos se encontraron y, sin saber cómo, se acercó a la cabina de DJ. -¡Hola! Me encanta tu música- exclamó Diogo. -Gracias, me alegra que te guste- contestó Alexandra. En ese momento, Diogo le pidió si podía dedicarle una canción. Alexandra aceptó, y la noche transcurrió entre bailes y sorpresas. Al final de la noche, Diogo le dejó su número de teléfono a Alexandra, y prometió volver a verla. Así comenzó una bonita amistad que poco a poco se fue transformando en algo más. Ambos descubrieron que compartían la pasión por la música y, con el tiempo, también la pasión el uno por el otro. Y así, gracias a la música, Alexandra y Diogo se conocieron y vivieron una bonita historia juntos.
