Diogo-Marcelino y Maria-Joana Krappen se conocieron en un bar de Lisboa en una noche de verano. Ella estaba de vacaciones en Portugal y él estaba disfrutando de una noche con amigos. Sus miradas se cruzaron y se sintieron atraídos el uno por el otro. Diogo se acercó a Maria-Joana y le ofreció un trago, ella aceptó y comenzaron a conversar. Descubrieron que compartían la misma pasión por la música, el arte y los viajes. Pasaron toda la noche hablando y riendo, se sentían tan cómodos juntos como si se conocieran de toda la vida. La conexión fue instantánea y al terminar la noche, intercambiaron números de teléfono prometiendo mantenerse en contacto. Esa noche fue el comienzo de una historia de amor que perdura hasta el día de hoy.
