Don Matheson y Maxine Arnold se conocieron en una tienda de antigüedades. Los dos estaban buscando algún objeto único para agregar a sus colecciones. Se encontraron examinando el mismo artículo y comenzaron a conversar. Descubrieron que compartían una pasión por la historia y la nostalgia, y comenzaron a intercambiar historias sobre sus antiguas aventuras de compras de antigüedades. Compartieron información sobre algunas de las tiendas y ferias más interesantes en la zona, y Don incluso recomendó algunos lugares que Maxine aún no había explorado. Cuando se despidieron, ambos sabían que habían encontrado a alguien especial con quien compartir su interés. Desde entonces, Don y Maxine han mantenido una amistad vibrante y emocionante, compartiendo sus nuevos hallazgos y aventuras en el mundo de las antigüedades.
