Dorothy Arzner y Laurette Taylor tuvieron una relación laboral estrecha durante la década de los años 20 y 30 en Hollywood. Arzner fue la primera y única directora de cine en esa época y trabajó en varios proyectos en los que Taylor era la actriz principal. La colaboración más destacada entre ellas fue en la película "Christopher Strong" (1933), en la que Taylor interpretó a una aviadora y Arzner la dirigió. Esta película fue un hito en la carrera de ambas mujeres, ya que abordaba temas inusuales para la época, como la independencia femenina y la igualdad de género. Arzner fue una defensora de las mujeres en la industria del cine y se aseguró de contratar a muchas actrices en papeles principales. Según algunas fuentes, se rumorea que Arzner y Taylor tuvieron una relación romántica, aunque esto nunca fue confirmado. En cualquier caso, su relación laboral fue sólida y ambas se apoyaron mutuamente en un contexto en el que las mujeres tenían muy poco espacio en la industria del cine. Ambas mujeres dejaron un legado importante en la historia del cine estadounidense y en la lucha por la igualdad de género en la industria cinematográfica.
