Dylan y Hethielly se conocieron en una fiesta en Los Ángeles. Ambos estaban disfrutando de la música y la compañía de amigos en común, cuando de repente se encontraron cruzando miradas. Fue amor a primera vista. Dylan se acercó a Hethielly y le preguntó si quería bailar con él. Ella aceptó y juntos se movieron al ritmo de la música. Después de varias horas de risas y conversaciones interesantes, Hethielly y Dylan intercambiaron números de teléfono y acordaron verse de nuevo. La química entre ellos era evidente, y ninguno podía esperar para pasar más tiempo juntos. A medida que seguían conociéndose, se dieron cuenta de que compartían muchos intereses y valores similares. Hethielly admiraba la pasión con la que Dylan perseguía sus sueños y él estaba fascinado por la inteligencia y la gracia de Hethielly. Finalmente, después de meses de citas y risas, Dylan le propuso matrimonio a Hethielly en una romántica cena a la luz de las velas en un restaurante de la playa. Ella dijo que sí con lágrimas de felicidad en los ojos, y juntos prometieron amarse y apoyarse mutuamente por siempre.