Christian II de Dinamarca tuvo una relación amorosa con Dyveke Sigbritsdatter, quien era la hija de un rico comerciante holandés llamado Sigbrit Willoms. Dyveke fue presentada a la corte de Dinamarca en 1506 como dama de compañía de Isabel de Austria, quien se convirtió en la esposa de Christian II. La relación entre Christian y Dyveke se convirtió en una apasionada historia de amor. Christian la adoraba y le ofreció joyas y regalos costosos. Incluso ordenó construir una mansión para ella en Copenhague. Dyveke se convirtió en la confidencial de Christian y tuvo una gran influencia sobre él en cuanto a las decisiones políticas. Sin embargo, la relación de Christian y Dyveke fue vista con desagrado por la nobleza danesa. Los rumores de que Dyveke había envenenado a la esposa de Christian, Isabel, contribuyeron a la mala reputación de la pareja. Cuando Dyveke murió repentinamente en 1517, Christian le encargó una investigación y encarceló a dos de los médicos que había tratado a Dyveke, acusándolos de negligencia y envenenamiento. Sin embargo, nunca se encontró ninguna prueba concluyente de que Dyveke había sido envenenada y los médicos fueron liberados. La muerte de Dyveke afectó profundamente a Christian, quien construyó un monumento en su memoria y guardó su retrato en su biblioteca privada. La casa que había construido para Dyveke fue abandonada y se supone que fue demolida. La relación entre Christian y Dyveke ha sido retratada en obras literarias y en la televisión.