Un día, Ed y Linda se encontraron en el set de filmación de una película. Se miraron tímidamente, porque ambos estaban nerviosos por conocer a nuevos compañeros de trabajo. Después de unos segundos, Linda le sonrió a Ed y él se sintió mucho más cómodo. Durante el día, Ed y Linda compartieron varios momentos juntos, charlando entre toma y toma. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, desde hobbies hasta gustos musicales. A medida que se acercaba el final del día, se dieron cuenta de que no querían despedirse todavía. Fue entonces cuando Ed tuvo una idea. Invitó a Linda a tomar una copa en un bar cercano. Ella aceptó emocionada y pasaron una velada maravillosa, riendo y conversando hasta altas horas de la noche. Desde ese momento, Ed y Linda se convirtieron en amigos inseparables, tanto en como fuera del set. Su química en el trabajo se tradujo en una gran amistad personal, que duró por muchos años después de esa película.
