Edith-Beckerman y Johnny-Singer se conocieron en una tienda de discos en pleno centro de la ciudad. Ambos estaban buscando un álbum de vinilo de Frank Sinatra. Edith llegó primero al estante de jazz y tomó el último vinilo de Frank. Johnny, que estaba detrás de ella en la cola, se sintió algo decepcionado. Sin embargo, Edith notó su expresión y decidió prestarle el disco, a cambio de que él le ayudara a encontrar un álbum de Peggy Lee. Desde entonces, han sido inseparables, compartiendo su amor por la música y asistiendo juntos a todos los conciertos que pueden.