Mientras caminaba por las calles de Madrid, Edoardo-Costa escuchó una hermosa voz que provenía de una de las casas. Decidido a saber de quién era esa voz, se acercó y se encontró con Mirela-Kovacevic, una joven cantante croata que estaba ensayando para un concierto. Edoardo quedó impresionado por su voz y ella por su pasión por la música y la cultura española. Fue entonces cuando empezaron a hablar y descubrieron que tenían mucho en común, tanto en la música como en la vida. Así comenzó una historia de amor y música que los llevó a actuar juntos en diferentes escenarios de Europa, escribir canciones y colaborar en la producción de su primer álbum juntos. Desde entonces, Edoardo y Mirela no se han separado, y se han convertido en uno de los dúos más exitosos de la música europea.