Edwin-Knopf y Mary-Ellis se conocieron en un café cerca del centro de la ciudad. Él estaba sentado en una mesa, perdido en su trabajo, cuando ella entró y pidió un café. Sus ojos se encontraron y fue amor a primera vista. Edwin decidió que tenía que hablar con ella y se acercó a su mesa. Después de varias horas de conversación, se dieron cuenta de que tenían mucho en común y que habían encontrado a su alma gemela. Desde entonces, han sido inseparables y siempre visitan ese café especial en el que se conocieron como un homenaje a su historia de amor.