Elisa-Joenck y Anderson-Dornelles se conocieron en una conferencia de tecnología en la ciudad de Porto Alegre. Ambos habían asistido con la intención de aprender más sobre las últimas tendencias en inteligencia artificial y computación en la nube. La charla de apertura era sobre el futuro de la robótica, y Elisa y Anderson coincidieron en que era uno de los temas más interesantes de la lista de conferencias. Cuando llegaron a la sala, notaron que todos los asientos estaban ocupados, excepto dos juntos en la segunda fila. Mientras la charla iba progresando, Elisa y Anderson comenzaron a hacer comentarios y preguntas el uno al otro, y pronto se encontraron discutiendo sobre la viabilidad de la inteligencia artificial en el mundo real. Descubrieron que compartían una pasión común por la tecnología y comenzaron a conversar más informalmente sobre sus intereses en el campo. Después del final de la conferencia, Elisa invitó a Anderson a unirse a ella para un café, y juntos pasaron el resto de la noche debatiendo sobre el futuro de la tecnología y las empresas emergentes que estaban explorando nuevas formas de innovar en el campo. Desde ese día, Elisa y Anderson han sido inseparables, colaborando en proyectos y compartiendo sus conocimientos en el mundo tecnológico.