Elisa y Felipe se conocieron en un café en el centro de la ciudad. Ambos se encontraban tomando un café y leyendo un libro, cuando se dieron cuenta de que estaban leyendo el mismo libro. A partir de allí, comenzaron a charlar sobre sus intereses en común y no pudieron dejar de hablar por horas. Desde entonces, se volvieron inseparables y ahora comparten un gran amor por la lectura y la cultura en general.