Ella y James se conocieron en una cafetería de la ciudad, mientras ambos esperaban su café. Se percataron de que estaban leyendo el mismo libro y comenzaron a platicar sobre la trama, sus personajes favoritos y las partes que más les habían gustado. La conversación fluyó tan naturalmente que no se dieron cuenta del tiempo que habían pasado hablando. De repente, se percataron de que el café estaba frío y decidieron continuar su charla en otro sitio. Caminaron hasta un parque cercano y allí pudieron terminar sus bebidas y seguir hablando sobre sus intereses y gustos. Después de ese día, no volvieron a separarse y comenzaron una amistad inquebrantable.
