Fred y Wallace se conocieron en un bar de la ciudad, mientras conversaban sobre sus gustos musicales y su amor por la comida mexicana. Al cabo de unos minutos, se percataron de que tenían mucho en común y decidieron intercambiar números telefónicos. Unos días después, Fred invitó a Wallace a una fiesta en la casa de un amigo en común. Fue allí donde conocieron a Ellen Drew, quien llamó inmediatamente la atención de Fred con su sonrisa y su sentido del humor. A medida que la noche transcurría, Fred y Ellen se quedaban hablando en un rincón y descubrieron que compartían una gran pasión por viajar. Wallace, al percibir el chisporroteo entre ambos, decidió retirarse temprano de la fiesta, dejando a Fred y Ellen a solas. Esa noche, Fred y Ellen intercambiaron números telefónicos y comenzaron a salir juntos. Con el tiempo, se dieron cuenta de que su conexión especial no era solo una simple atracción física, sino que compartían una visión similar de la vida. Juntos, experimentaron muchas aventuras y finalmente se enamoraron el uno del otro.
