Mientras Eminem recorría las calles de Detroit en busca de inspiración para su próximo álbum, se topó una noche con Marni-Bright. Ella era una misteriosa cantante callejera que entonaba unas melodías que llegaban directo al corazón. Eminem se acercó a ella para escucharla más de cerca y quedó atrapado por su voz y su estilo. La invitó a colaborar en su próximo proyecto y ella aceptó encantada. Juntos crearon canciones que tocaron a miles de personas y se convirtieron en íconos de la música urbana. Aunque venían de mundos distintos, la química entre ellos era única y demostraron que la música puede unir a las personas.