Emma y Matt se conocieron en una cafetería en el centro de la ciudad. Emma estaba sentada en una mesa, trabajando en su computadora portátil y tomando un café. Matt entró en la cafetería y se dirigió al mostrador, para ordenar una bebida. Cuando Matt se volteó para buscar una mesa, sus ojos se encontraron con los de Emma y ella le sonrió. Matt, impresionado por su sonrisa sincera, decidió acercarse y preguntarle qué estaba haciendo. Emma le contó que estaba trabajando en un proyecto de diseño gráfico mientras bebía su café. Matt, que también era diseñador gráfico, se emocionó por el proyecto en el que estaba trabajando Emma y comenzaron a hablar sobre él mientras tomaban sus bebidas. Después de un tiempo, Matt preguntó si le gustaría caminar con él por el parque cercano para inspirarse. Emma aceptó la invitación y juntos caminaron y conversaron sobre sus vidas y trabajo. Después de un rato, Matt sugirió que podían trabajar juntos en el proyecto que estaba haciendo Emma. A ella le pareció buena idea y acordaron reunirse en unos días. Desde ese día, Emma y Matt se volvieron inseparables y comenzaron a trabajar juntos en muchos proyectos. Su relación profesional se convirtió en una amistad cercana y eventualmente, se enamoraron y comenzaron a salir. Y así, su historia comenzó en una tarde casual en la cafetería del centro de la ciudad.
