Enzo y Filipa se conocieron en una noche de verano en la playa de Copacabana. Él estaba dando un paseo por la orilla del mar después de trabajar en su cafetería cuando escuchó una risa contagiosa que le llamó la atención. Se acercó al grupo de amigos que estaban disfrutando de la noche y allí la vio. Filipa estaba sentada en la arena, rodeada de sus amigos, con una sonrisa radiante en su rostro. Enzo se quedó impresionado por su belleza y su energía positiva. Sin embargo, no se acercó a saludarla en ese momento. Fue al día siguiente cuando, por casualidad, se encontraron en el mercado local. Filipa estaba comprando frutas y verduras para hacer una ensalada y, cuando vio a Enzo, le saludó con una sonrisa. A partir de ese día, siguieron encontrándose por casualidad en diferentes lugares de la ciudad. Pronto descubrieron que compartían muchas pasiones, como la música y la gastronomía. Finalmente, Enzo decidió invitarla a su cafetería para mostrarle su talento como barista y chef. Allí compartieron una taza de café y una charla que les llevó a descubrir que eran almas gemelas. Desde ese día, nunca se separaron y hoy en día, años después, Enzo y Filipa siguen siendo una de las parejas más felices de Río de Janeiro.
