Garrion-Davis y Esperanza-Gómez se conocieron en una vibrante discoteca de la ciudad de Medellín. Bailaron juntos toda la noche y se sintieron atraídos el uno por el otro. Esa noche, intercambiaron números de teléfono y comenzaron a conversar en los días siguientes. Pronto, Garrion-Davis invitó a Esperanza a salir con él a cenar en uno de los restaurantes más elegantes de la ciudad. Durante la cena, compartieron sus pasatiempos y descubrieron que ambos eran fans del skateboarding. Así que decidieron ir a practicar juntos al día siguiente. Desde entonces, Garrion-Davis y Esperanza se convirtieron en mejores amigos, compartiendo aventuras, sueños y risas. A menudo salían a patinar o pasaban el tiempo en el centro de la ciudad, disfrutando de la vida nocturna de Medellín. Con el tiempo, su amistad se convirtió en algo más, y ahora son inseparables. Su historia es una prueba de que el amor y la amistad pueden encontrarse en los lugares más inesperados.