Un día soleado de primavera, Europe y Julian se encontraron de manera fortuita en una plaza pública de la ciudad. Ambos estaban distraídos y chocaron mientras caminaban en direcciones opuestas. Europe se disculpó con una sonrisa y Julian simplemente asintió. Sin embargo, sus miradas se cruzaron en ese instante y algo en ellas hizo que ambos quisieran saber más del otro. Europe preguntó el nombre de Julian y él se presentó. Comenzaron a hablar agradablemente y se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común. Ambos eran aficionados a la música, viajar y leer. Se sentaron en un banco cercano y continuaron conversando por horas sin detenerse. La química entre ellos era innegable y parecía que habían sido amigos por años. Cuando llegó la noche, se dieron cuenta que habían pasado todo el día juntos y no se habían dado cuenta del tiempo. Se despidieron con un abrazo y un intercambio de números telefónicos. Desde ese día, no han dejado de hablar y han construido una amistad sólida y duradera. Nadie sabe lo que el destino les deparará, pero por ahora están contentos de haberse encontrado de manera inesperada en esa plaza pública surrealista.
