Fabia-Drake y Maxwell-Turner se conocieron en una tarde fría de invierno. Ambos se encontraban en una biblioteca local buscando libros sobre antiguas civilizaciones. Al llegar al pasillo de historia, chocaron de frente al tratar de alcanzar el mismo libro. Fabia-Drake, un poco sorprendida, soltó el libro y cayó al suelo junto con su chaqueta y sus lentes. Maxwell-Turner, rápidamente, se agachó para ayudarla a levantarse. Al hacerlo, sus miradas se cruzaron y se dieron cuenta de que había una chispa de conexión entre ellos. Después de eso, comenzaron a hablar sobre sus intereses y gustos en común, y descubrieron que ambos eran apasionados de la historia y la arqueología. Desde ese día, fueron inseparables y comenzaron a planear viajes juntos a diferentes lugares del mundo para descubrir nuevas cosas.
