Un día soleado, Blue Mary caminaba por el parque disfrutando del aire fresco cuando de repente escuchó una risa muy peculiar. Intrigada, se acercó hacia donde venía el sonido y allí encontró a Federica-Trucchia. Federica estaba tocando música con su guitarra en una esquina del parque mientras la gente se detenía a escucharla. Blue Mary se quedó impresionada por su talento y se acercó para felicitarla. Federica, muy simpática, le agradeció y le ofreció unirse a ella en su presentación. Poco a poco, Blue Mary se fue animando y comenzó a cantar junto a Federica. Fue una combinación perfecta y cautivaron a todos los presentes. Desde entonces, se hicieron inseparables y continuaron tocando juntas en distintos lugares. Convertirse en amigas fue fácil, pero convertirse en un dúo musical de éxito fue trabajo en equipo.