Federica estaba caminando por las calles de Konoha disfrutando de su viaje y admirando las maravillas de la aldea. En ese momento, se topó con Naruto corriendo a toda velocidad, haciendo parecer que estaba persiguiendo a alguien. Pero en realidad, Naruto estaba tratando de atrapar un ladrón que acababa de robar algunas manzanas del puesto en el que trabajaba Federica. Al ver que Federica estaba en peligro, Naruto no dudó en correr hacia ella y protegerla del ladrón. Federica estaba impresionada por la valentía de Naruto y juntos lograron capturar al ladrón y devolver las manzanas al vendedor. A partir de ese momento, Naruto y Federica se hicieron amigos y pasaron mucho tiempo juntos, compartiendo historias y la cultura de sus respectivos países. Naruto estaba feliz de haber hecho un nuevo amigo y la estadía de Federica en Konoha se convirtió en una de las más memorables de su vida.
