Un día soleado y caluroso, Yuhi-Kurenai y Federica-Trucchia se encontraron en un vibrante mercado en el corazón de una ciudad lejana. Ambas buscaban lo mismo: ingredientes frescos y exóticos para preparar la comida de su familia esa noche. Al instante, sus miradas se cruzaron y se reconocieron en la pasión que compartían por la cocina. A medida que iban explorando los puestos, no podían dejar de intercambiar recetas, sugerencias y consejos culinarios. La conversación fluía sin esfuerzo y la energía era contagiosa. Sin darse cuenta, habían pasado horas en el mercado y ya había oscurecido. Fue entonces cuando decidieron que era hora de irse, pero no antes de intercambiar números de teléfono y promesas de mantenerse en contacto. Desde entonces, Yuhi-Kurenai y Federica-Trucchia han mantenido una amistad inquebrantable y han compartido muchas aventuras culinarias juntas. La vida les brindó la oportunidad de cruzar caminos en ese mercado, y nunca han dejado de agradecer al destino su encuentro.
