Ellen y Levy se conocieron en un café muy concurrido en el centro de Nueva York. Ellen estaba tomando un café mientras revisaba su teléfono y Felix estaba buscando un lugar para sentarse. Al ver que Ellen estaba sola en su mesa, Felix se acercó y le preguntó si podía sentarse en la silla vacía junto a ella. Ellen, que normalmente era tímida con los extraños, accedió y le hizo un espacio en la mesa. Después de un breve intercambio de palabras, Felix se presentó oficialmente y Ellen le devolvió el favor. Desde ese momento, la conversación fluyó fácilmente y se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común. Pasaron horas hablando y reíendo juntos, y cuando se dieron cuenta, ya era de noche. Al final de la conversación, Felix tomó un pequeño trozo de papel y con un bolígrafo, escribió su número de teléfono y se lo dio a Ellen, sugiriéndole que lo usara si quería salir para tomar un café o simplemente hablar de nuevo. Ellen aceptó con una sonrisa y guardó el papel en su bolsillo. Esa fue la primera vez que Ellen y Felix se conocieron, y fue el comienzo de una hermosa amistad.
