Ferenc y Judit se conocieron en un concierto de música clásica en la ciudad de Budapest. Ambos eran aficionados al arte y la cultura, y estaban sentados en la misma fila. Durante el intermedio, Ferenc se acercó a Judit para preguntarle su opinión sobre la música que estaban escuchando, lo que llevó a una animada conversación sobre los artistas y compositores que les gustaban. Después del concierto, Ferenc invitó a Judit a tomar un café y seguir hablando. Fue una tarde maravillosa y ambos sintieron una conexión instantánea. Desde entonces, han seguido compartiendo su amor por la música, el arte y la cultura juntos, y han construido una hermosa relación.
