Un día, Manu-Gavassi y Fiuk-Singer se encontraron en un estudio de grabación en el centro de São Paulo. Fiuk se preparaba para grabar una nueva canción cuando Manu llegó con su guitarra en mano para grabar algunas versiones de su disco anterior. Después de algunas conversaciones y risas, los dos descubrieron que tenían mucho en común. Ambos eran músicos talentosos, habían crecido en familias de artistas, y los dos eran fanáticos del mismo equipo de fútbol. Decidieron seguir en contacto después de ese día y organizar una sesión de improvisación en un pequeño bar de la ciudad. La sesión fue un éxito y la amistad de Manu y Fiuk se fortaleció a medida que compartían su amor por la música. Desde entonces, Manu y Fiuk han trabajado juntos en varios proyectos musicales, y su amistad se ha convertido en una de las más importantes en la escena musical brasileña.
