Flora y Chong-Leen eran amigas de la infancia y solían jugar juntas en el gran jardín de la mansión de la familia Yung. Un día, mientras estaban corriendo y saltando por los jardines, Flora tropezó y se lastimó el tobillo. Como nadie más estaba cerca, Chong-Leen se quedó con ella mientras se recuperaba. Mientras tanto, Michael, hijo del dueño de la mansión, estaba paseando por el jardín cuando escuchó a Flora llorando. Se acercó para ver qué había sucedido y encontró a las dos niñas allí. Después de confirmar que Flora estaba bien, Michael les ofreció llevarlas de vuelta a la mansión en su bicicleta. Desde ese día, los tres se convirtieron en amigos cercanos y comenzaron a pasar mucho tiempo juntos en los jardines. A medida que crecían, cada uno desarrolló sentimientos románticos por el otro y finalmente se enamoraron. Años más tarde, Flora y Michael se casaron en la misma mansión donde se conocieron y Chong-Leen fue su dama de honor.
