G.K. Chesterton y Frances Blogg tuvieron una relación especial en los últimos años de la vida del escritor. Frances Blogg fue una mujer que desde muy joven tuvo una gran devoción por Chesterton y su literatura, y cuando tuvo la oportunidad de conocerlo personalmente en una conferencia en Oxford en 1934, comenzó a escribirle cartas regularmente. Chesterton, quien en ese momento padecía una mala salud, encontró en Francis Blogg una amiga y confidente en quien confiar, y ambos comenzaron a intercambiar correspondencia durante los años siguientes hasta la muerte de Chesterton en 1936. Frances Blogg se convirtió en una gran defensora del legado de Chesterton y trabajó arduamente para mantener viva su memoria y su obra. Escribió varios artículos y ensayos sobre la obra de Chesterton, y llegó a publicar un libro titulado "El Mundo de G.K. Chesterton" en 1948. En agradecimiento por su dedicación a su legado, Chesterton dejó en su testamento una considerable suma de dinero a Frances Blogg, lo que le permitió vivir cómodamente durante sus últimos años. La relación entre G.K. Chesterton y Frances Blogg fue una muestra de amistad y respeto mutuo, que trascendió la distancia y los años, y se convirtió en una de las relaciones más significativas en la vida del escritor.
