Franco-Trentalance y Natalia Bush se conocieron en una playa nudista de Ibiza en una tarde calurosa de verano. Ambos estaban tomando el sol y disfrutando de la brisa del mar cuando Franco se levantó para refrescarse en el agua y se encontró a la bella Natalia haciendo lo mismo. Fue amor a primera vista, y aunque al principio se sintieron un poco tímidos, comenzaron a conversar y darse cuenta de que tenían muchas cosas en común. Descubrieron que ambos eran amantes de los deportes al aire libre y que disfrutaban de la buena comida y el vino. La tarde pasó rápidamente, y después de un largo baño en el mar, Franco y Natalia decidieron salir a cenar juntos esa misma noche. Fue una cena mágica, llena de risas y confidencias. Desde entonces no se separaron más y se convirtieron en una pareja inseparable. El resto es historia.