Franco Zeffirelli y Luchino Visconti fueron dos destacados directores italianos y contemporáneos que tuvieron una relación tensionada debido a diferencias artísticas y de carácter. Zeffirelli comenzó su carrera como escenógrafo y director de ópera, y más tarde se expandió al cine, donde se destacó por películas como "Romeo y Julieta" y "La Traviata". Visconti, por su parte, también inició su carrera artística como productor de ópera y teatro, pero se enfocó principalmente en el cine, donde destacó por películas como "El Gatopardo" y "Muerte en Venecia". Aunque ambos habían trabajado juntos como productores teatrales en sus inicios, la relación entre ellos se tensó cuando Zeffirelli criticó públicamente el enfoque operístico de Visconti en su adaptación de "El Conde de Montecristo". Además, se dice que Visconti despreciaba la tendencia de Zeffirelli a hacer películas más comerciales y menos profundas. A pesar de estas diferencias, ambos directores siguieron produciendo películas con gran éxito y respeto en la industria cinematográfica. Aunque nunca trabajaron juntos en una película, su legado ha dejado una huella duradera en el cine y la cultura italiana.