François-Xavier Fabre fue un destacado pintor francés del siglo XVIII y principios del XIX. Durante su carrera, conoció a la princesa Louise of Stolberg-Gedern, una aristócrata alemana que se había casado con un noble francés. La princesa era una gran admiradora del trabajo de Fabre y lo contrató para pintar su retrato. A partir de ese momento, Fabre y la princesa Louise se convirtieron en amigos cercanos y mantuvieron una estrecha relación durante muchos años. Incluso después de la muerte del esposo de la princesa, siguieron en contacto y Fabre le enseñó la técnica de la pintura al óleo. Sin embargo, la relación entre los dos nunca fue romántica y se mantuvo en un nivel meramente platónico y profesional. A pesar de ello, la amistad entre Fabre y la princesa Louise se mantuvo fuerte hasta la muerte del pintor en 1837.
