Henry IV de Francia y Françoise de Montmorency-Fosseux tuvieron una relación amorosa que se mantuvo en secreto durante muchos años. Françoise era una dama de la corte y se casó con el conde de Montigny en 1602, pero a pesar de su matrimonio, continuó viéndose con Henry IV. Se dice que el rey tenía una gran pasión por Françoise y que ella fue su amor más duradero. La relación se mantuvo en secreto durante muchos años, pero finalmente se hizo pública en 1607 cuando Françoise fue nombrada baronesa de Le Pont-de-l'Arche. Henry IV tenía muchos amores y aventuras, pero se cree que Françoise fue la más importante para él. Después de su muerte en 1610, ella se retiró a un convento y nunca volvió a casarse. La relación entre Henry IV y Françoise de Montmorency-Fosseux ha sido objeto de numerosos estudios y ha sido representada en películas y obras de teatro. Aunque su romance fue controversial en la época, ha llegado a ser considerado como un ejemplo de amor verdadero y duradero.
