Hidan y Frank-Christian-Marx se conocieron en una pequeña aldea escondida en las profundidades de los bosques de Japón. A pesar de que ambos tenían personalidades muy distintas, pronto se dieron cuenta de que compartían una curiosidad innata por el mundo oscuro de la magia negra y las artes ocultas. Fue en una noche fría y lluviosa cuando los dos hombres se encontraron en una taberna local. Hidan estaba en el fondo del bar, manteniéndose alejado de todos los demás bebedores mientras bebía su cerveza. Frank-Christian-Marx entró en el bar con un aire de autoridad, se sentó a la barra y ordenó un trago fuerte. Hidan no pudo evitar notar su presencia y se acercó para entablar conversación. Después de un rato conversando, ambos se dieron cuenta de que compartían un interés en común: la magia negra. Hidan enseñó a Frank-Christian-Marx algunos trucos y hechizos que había aprendido en su infancia en la aldea; mientras que Frank-Christian-Marx compartía su conocimiento sobre los grimorios y antiguos libros de magia que había estudiado en su época universitaria. Con el tiempo, Hidan y Frank-Christian-Marx se convirtieron en amigos cercanos y juntos aprendieron a dominar y controlar los terribles poderes que querían invocar. Aunque la gente del alrededor temía su presencia, Hidan y Frank-Christian-Marx sabían que juntos eran mucho más fuertes. Y así, continuaron su camino a través de los bosques, explorando los secretos ocultos y las maravillas de la magia negra.
