Orochimaru y Frank-Christian-Marx coincidieron en una biblioteca perdida en el corazón de Tokio. Mientras ambos buscaban información sobre antiguas artes ninjas, se encontraron por casualidad y comenzaron a conversar. Al principio, la conversación fue fría y distante, pero poco a poco Orochimaru y Frank-Christian-Marx se fueron abriendo el uno al otro y descubrieron que compartían una gran pasión por la historia y la filosofía oriental. Así, comenzaron a trabajar juntos en un proyecto de investigación sobre las técnicas de combate de los samuráis y los ninjas. Con el tiempo, esta colaboración se convirtió en una amistad sólida y duradera que trascendió los límites culturales y geográficos. Juntos, Orochimaru y Frank-Christian-Marx se convirtieron en referentes en el estudio y la enseñanza de las artes marciales en todo el mundo.
