Frank y Jenny se conocieron en una cafetería muy concurrida. Frank estaba sentado en una mesa leyendo un periódico y Jenny iba camino a la barra para hacer su pedido. De repente, Jenny perdió el equilibrio y derramó su café en la camisa de Frank. Él se levantó con rapidez y con amabilidad le ofreció su servilleta para que se secara las manos. Jenny se sentía tan avergonzada que no sabía qué decir, pero Frank se mantuvo calmado y le preguntó si le gustaría tomar un café en su mesa para compensar lo que había sucedido. Ella aceptó encantada y mientras compartían un café y charlaban, descubrieron que tenían muchas cosas en común, como su amor por los animales y la música clásica. De repente, Frank se sorprendió mirando fijamente a Jenny y ella hizo lo mismo. Se dieron cuenta de que había algo especial entre ellos, algo que no pudieron resistir. Así, su accidental encuentro en la cafetería se convirtió en el comienzo de una bonita historia de amor.
