Frankie e Isabella se conocieron en una cafetería de Nueva York. Ambos llegaron temprano para evitar las largas filas y encontraron una mesa vacía junto a la ventana. Fue entonces cuando Frankie se perdió en los ojos verdes de Isabella y ella se sonrojó al darse cuenta de que él la había estado mirando fijamente. Finalmente, él se armó de valor para acercarse a ella y entablar una conversación. Al poco tiempo, se dieron cuenta de que compartían una pasión por la música y decidieron ir a un concierto juntos esa misma noche. Por otro lado, Jacques y Fraser se conocieron en una competencia de surf en Australia. Compitieron en la misma ola y, después de la competencia, se encontraron en el bar del hotel donde se alojaban. Jacques notó inmediatamente el tatuaje de un pulpo que Fraser tenía en su brazo, lo que le llamó la atención ya que era su animal marino favorito. Se presentaron y comenzaron a hablar de su amor por el surf y la conexión que sentían con la naturaleza. Decidieron explorar la costa juntos al día siguiente y desde entonces, han sido grandes amigos y compañeros de surf.