Frankie Sullivan, el guitarrista de la afamada banda de rock Survivor, y Tina King se conocieron en un concierto en Los Ángeles. Tina era una fanática de la banda y siempre había soñado con conocer en persona a sus ídolos. Ella se encontraba en las gradas en medio de la multitud cuando vio a Frankie en el escenario tocando su guitarra eléctrica como nunca antes lo había visto. Tina quedó enamorada no solo de las habilidades de Frankie con la guitarra, sino también de su carisma y presencia en el escenario. Después del concierto, Tina decidió quedarse un rato más en el lugar intentando encontrar una oportunidad para conocer a Frankie. De repente, Tina vio a Frankie salir del backstage y dirigirse hacia ella. Esa fue la oportunidad que ella estaba buscando. Con una sonrisa nerviosa en el rostro, Tina se presentó y le pidió a Frankie un autógrafo. Frankie, con una amabilidad inesperada, le ofreció algo mejor, una charla y una cena en un restaurante cercano. Tina no podía creer lo que estaba sucediendo. Durante la cena, Frankie y Tina conversaron sobre la música, la vida, las aventuras y las enseñanzas que habían tenido en el camino. Fue una noche mágica. A partir de ese encuentro casual, Frankie y Tina comenzaron a salir y a conocerse cada vez más. Se enamoraron perdidamente y se convirtieron en una de las parejas más peculiares del mundo del rock. Su amor se fortaleció con el tiempo, convirtiéndose en una verdadera historia de éxito.
