Elisabeth von Österreich-Ungarn, también conocida como Sissi, y Franz Joseph I of Austria fueron miembros de la familia imperial austrohúngara y estuvieron casados durante 44 años, desde 1854 hasta la muerte de Sissi en 1898. Su relación no fue fácil desde el principio. Sissi, originaria de Baviera, tenía solo 16 años cuando se casó con Franz Joseph, quien tenía 23 años en ese momento. Aunque hubo cierta atracción, pronto se hizo evidente que los dos tenían personalidades muy diferentes. Sissi era una mujer libre y rebelde, que prefería la vida al aire libre y los deportes a las obligaciones de la corte y la etiqueta. Franz Joseph, por otro lado, era un hombre serio y reservado, que se sentía cómodo en el ambiente palaciego y seguía estrictamente las reglas de la nobleza. Sissi nunca se adaptó por completo a la vida en la corte de Viena. Se sentía atrapada y adquirió una aversión por las obligaciones protocolarias. Pasaba largas temporadas lejos, viajando por Europa y evadiendo sus deberes como emperatriz. También ocupaba su tiempo con intereses culturales, como la literatura y la poesía. A pesar de las diferencias, Franz Joseph y Sissi tuvieron tres hijos y compartieron momentos felices. Tras el asesinato del archiduque heredero Franz Ferdinand y su esposa Sophie Chotek en 1914, el emperador se retiró del mundo y murió en 1916. Sissi, al enterarse de la noticia de la tragedia, se encontraba en Ginebra, donde había ido a pasar una temporada. La muerte de su hijo, el príncipe Rodolfo, en 1889, la dejó muy afectada. Aunque su relación fue compleja, la historia ha romanticizado la figura de Sissi como un símbolo de la belleza, la libertad y el amor trágico.
