Gabriel y Lisa se conocieron por casualidad en una tienda de mascotas local. Gabriel estaba comprando comida para su perro y Lisa estaba buscando una jaula para su conejo. Cuando se encontraron en la sección de alimentos, ambos se dieron cuenta de que estaban comprando la misma marca de comida para mascotas. Gabriel notó que Lisa estaba luchando para encontrar la jaula adecuada para su conejo, y como él es un amante de los animales, se ofreció a ayudarla. Después de intercambiar consejos e historias de mascotas, Gabriel y Lisa se despidieron y se marcharon. Pero la conexión entre ellos no se detuvo allí. Unos días después, Gabriel vio a Lisa de nuevo en un café local. Aprovechando la oportunidad, se acercó a saludarla y le ofreció comprarle un café. Lisa, impresionada por la bondad de Gabriel, aceptó encantada su oferta. Y así comenzó su historia de amor, con una conexión especial basada en su amor compartido por los animales y la generosidad mutua.
