Gabriel y Martina se conocieron en un concierto de música en vivo, donde ambos estaban disfrutando de la música de su banda favorita. En medio de la emoción del momento, sus manos se rozaron mientras intentaban alcanzar una guitarra que el cantante había lanzado hacia la multitud. Allí fue cuando se miraron y se sonrieron por primera vez. Mientras tanto, María Teresa y Kuster se conocieron durante una clase de cocina en un centro comunitario. Los dos estaban aprendiendo a hacer platos tradicionales de su país de origen y terminaron siendo los únicos que seguían cocinando mientras que el resto de la clase se había ido. Mientras María Teresa picaba cebolla, Kuster se acercó y le preguntó si ella había probado alguna vez la receta de su abuela. Desde allí, comenzaron a intercambiar historias y recetas de familia, y el resto es historia.