Gary Cooper y Dorothy Di Frasso tuvieron una breve relación amorosa en la década de 1930. Dorothy, que era una socialité italiana, se enamoró de Cooper después de verlo en una película y comenzó a perseguirlo. A pesar de estar casado en ese momento, Cooper cayó bajo el hechizo de Dorothy y comenzaron una relación secreta. Sin embargo, todo acabó cuando la esposa de Cooper se enteró de la aventura y amenazó con el divorcio. Cooper terminó la relación con Dorothy y se reconcilió con su esposa, pero la prensa sensacionalista de la época se encargó de difundir el escándalo. Aunque la relación con Dorothy fue breve, Cooper la recordó durante toda su vida como un amor verdadero y dijo que nunca había conocido a alguien como ella.