Gayle y Peter se conocieron por casualidad en un concierto de rock en Nueva York. Ambos asistieron solos y terminaron parados cerca uno del otro frente al escenario. Durante el concierto, Gayle notó que Peter no dejaba de mover la cabeza al ritmo de la música y se acercó para comentarle lo mucho que estaba disfrutando el espectáculo. A partir de ahí, comenzaron a hablar y descubrieron una gran cantidad de cosas en común, especialmente su amor por la música y la cultura pop. Después del concierto, decidieron ir a tomar algo juntos y pasar el resto de la noche hablando sobre sus bandas favoritas y sus experiencias en la escena musical de Nueva York. Desde entonces, han sido amigos cercanos y colaboran juntos en varios proyectos de música y arte.
