Un día soleado en Londres, Geoffrey, Adam y Shakerley caminaban por la calle cuando vieron a Virginia caminando en dirección contraria. Los tres amigos estaban charlando animadamente y no pudieron evitar notar a Virginia por su elegancia y gracia al caminar. Así que decidieron acercarse y entablar conversación. Al principio Virginia se mostró un poco reservada, pero poco a poco se fue soltando y se sorprendió por lo divertidos y amables que eran los tres amigos. Después de varios minutos de charla, los cuatro se dieron cuenta de que tenían una pasión en común: la música. Geoffrey y Adam resultaron ser músicos y Shakerley era un apasionado seguidor de la música. Virginia, por su parte, había dedicado gran parte de su vida a la música clásica y había estudiado en el Conservatorio de Londres. Fue entonces cuando los cuatro decidieron unir fuerzas y empezar a trabajar juntos. Virginia se sumó al proyecto musical de los amigos y juntos comenzaron a fusionar la música clásica con el rock moderno. Así, gracias a ese encuentro casual en la calle, nació una amistad que se convirtió en una colaboración creativa que sorprendió al mundo de la música.
