George Montgomery y Ziva Rodann se conocieron en un bar de copas de Los Ángeles. Fue una noche de verano de 1954 y la ciudad estaba llena de estrellas de cine. George estaba bebiendo solo en la barra cuando Ziva entró por la puerta. Llevaba un vestido rojo escarlata que contrastaba con su piel morena y sus ojos verdes brillaban en la tenue luz del bar. George se sintió atraído por ella al instante, así que decidió acercarse y ofrecerle una bebida. Ziva aceptó y comenzaron a conversar animadamente. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, como su amor por la actuación y la música. La noche pasó rápidamente mientras compartían risas y confidencias. Finalmente, George tomó la mano de Ziva y la llevó a bailar. La música era suave y romántica, y ellos se movían en perfecta armonía. Cuando la noche llegó a su fin, intercambiaron números de teléfono y prometieron volver a encontrarse pronto. Así empezó la historia de amor de George Montgomery y Ziva Rodann, que duraría muchos años y les llevaría por todo el mundo.