Nouf y George-Newbern se conocieron casualmente en un café de Los Ángeles. Ella estaba allí sentada en una mesa, escribiendo en su libreta, mientras él se acercó para pedir su café. En ese momento, Nouf no lo reconoció, pero George sintió que la conocía de alguna parte. Al pedir su café, George hizo un comentario sobre el libro que Nouf tenía en su mesa y comenzaron a hablar sobre literatura. Descubrieron que tenían en común ciertos escritores favoritos y comenzaron a intercambiar recomendaciones. De repente, Nouf recordó que había visto a George en la televisión y mencionó que lo reconocía como un actor. Fue entonces cuando George le confesó que él también la había reconocido de su trabajo como escritora. La casualidad y su amor por la literatura los unió y desde ese día, comenzaron a salir juntos a patinar sobre hielo y a visitar librerías en la ciudad. Nunca dejaron de hablar de libros y se convirtieron en la pareja perfecta de lectores.
