George Platt-Lynes y Marcel Khill tuvieron una relación sentimental durante la década de 1930 y 1940. Platt-Lynes, un reconocido fotógrafo de moda y retratos, conoció a Khill en 1931 en París, donde se establecieron juntos en un apartamento con otros amigos artistas. La relación de la pareja fue intensa y apasionada, y se dice que Khill fue una importante influencia en el trabajo de Platt-Lynes. En sus fotografías, se puede apreciar un estilo artístico y estético que muchas veces incluye hombres jóvenes y atléticos como modelos. Sin embargo, la relación entre los dos hombres no estuvo exenta de dificultades. Khill tenía problemas con la bebida y lidiaba con aspectos de su personalidad que Platt-Lynes encontraba complicados de manejar. Además, la sociedad de la época no aceptaba la homosexualidad abiertamente, y la pareja tuvo que vivir su relación en secreto. Finalmente, en la década de 1950, Platt-Lynes y Khill se separaron y cada uno siguió su camino artístico y personal. Sin embargo, la influencia que tuvo Khill sobre el trabajo de Platt-Lynes es innegable, y su relación es un ejemplo del amor y la creatividad que pueden surgir en cualquier época y lugar, a pesar de las dificultades.