Gilda Radner y Peter Firth se conocieron en una película ambientada en la década de 1930. Los dos actores compartieron muchas escenas juntos y terminaron convirtiéndose en buenos amigos. Gilda fue a visitar a Peter en su casa en Londres y pasaron una noche increíble hablando sobre sus vidas y sus próximos proyectos. Fue una conexión instantánea que nunca olvidaron y siempre se mantuvieron en contacto. Años después, se reencontrarían en otro proyecto y continuarían su amistad hasta la trágica muerte de Gilda en 1989.
